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Unha visión de Tui e as fortalezas da fronteira en 1764 por José Cornide

Un dos aspectos normalmente esquecidos na conformación da nosa cidade é a súa condición de praza forte, de emprazamento militar, de cabeceira dun sistema fortificado organizado ao longo do río Miño. Carecemos de noticias documentais ou arqueolóxicas sobre a posible existencia dun muro defensivo no outeiro tudense antes de 1170, cando Fernando II ordena a súa construción ao abeiro da reconfiguración urbanística da cidade que promove este monarca.

De seguro que algún tipo de defensas tivo a vella Tude en época sueva e visigoda e especialmente nos primeiros tempos medievais pero o estado actual do noso coñecemento non nos permite superar o ámbito das hipóteses.

Neste blog nos temos ocupado no seu día sobre o sistema amurallado tudense en tres post aos que remitimos a quen desexe achegarse a este aspecto do noso patrimonio e historia [1]


Reproducimos hoxe un texto do erudito coruñés José Cornide que forma parte do seu libro: Descripción circunstanciada de la costa de Galicia, y raya por donde confina con el inmediato Reino de Portugal: hecha en el año de 1764. O manuscrito orixinal do libro consérvase no Arquivo do Reino de Galicia. Trátase dun volume encadernado en pergamiño, con 113 folios numerados máis outro inicial. Esta obra de Cornide permaneceu inédita ata a súa publicación no ano 1991 nunha edición ao coidado de Xosé Luis Axeitos [2].

Nesta obra Cornide nos ofrece unha descrición sucinta das defensas militares existentes na costa de Galicia e tamén, polo que nos atinxe, no curso do río Miño na demarcación da provincia de Tui posibilitando un coñecemento deste sistema defensivo na segunda metade do século XVIII pois nesta obra céntrase especialmente en cuestións militares, como a presenza de fortalezas, a capacidade dos portos e o reconto de soldados. O libro estrutúrase en dez capítulos que corresponden a outros tantos partidos militares: Ribadeo, Viveiro, Ferrol, A Coruña, Camariñas, Muros, Pontevedra, río Miño, Raia Seca e Monterrei.

Carmen Manso, a prestixiosa historiadora ferrolá, na actualidade responsable da  Sección de Cartografía e Artes Gráficas da Biblioteca da Real Academia de la Historia, nun dos seus múltiples traballos de investigación[3] achéganos á figura de José Cornide (A Coruña, 1734 – Madrid, 1803). Sinala que ha sido reconocido por sus biógrafos como el prototipo de hombre ilustrado, intelectual, historiador, anticuario y viajero, que contribuyó al conocimiento del territorio y al desarrollo de las obras públicas. Junto a Feijoo y Sarmiento, Cornide forma el «triunvirato de la cultura gallega del siglo XVIII». Cultivó muchas disciplinas: la historia antigua, la geografía, las antigüedades, la economía, la industria y la historia natural, que son propias del espíritu de la Ilustración. Durante muchos años colaboró con la administración borbónica en el conocimiento geográfico de Galicia y en la construcción y mejora de sus caminos. En 1789 trasladó su residencia a Madrid. Desde entonces trabajó con entusiasmo en las tareas de la Real Academia de la Historia hasta su muerte en 1803

En la etapa de juventud Cornide emprendió un conjunto de estudios geográficos y cartográficos sobre Galicia, al tiempo que escribía algunos tratados sobre la pesca de la sardina, agricultura y minería. Su dedicación a la geografía y cartografía de Galicia se prolongó hasta los últimos años de su vida, pero hubo de compaginarla con sus ocupaciones e investigaciones en la Academia y con los viajes literarios. Entre los manuscritos geográficos sobre Galicia cabe mencionar la “Descripción circunstanciada de la costa de Galicia, y raya por donde confina con el inmediato reino de Portugal hecha en el año 1764” (..)  está muy elaborado y encuadernado, pero no se llegó a publicar. Además de proporcionar datos geográficos, económicos y culturales sobre la costa y sus poblaciones, la Descripción ofrece información de primera mano sobre fortificaciones, defensa de las costas y naturaleza de los puertos, en función del posible desembarque de buques y las distancias se expresan en términos militares («tiro de cañón, «de fusil» o «de pistola»). Todo lo cual es indicativo, según ha señalado Axeitos, de su finalidad militar. En este sentido creemos que pudo inspirarse en la “Noticia geográfica del Reino y caminos de Portugal” (1762) de Pedro Rodríguez Campomanes, que es una guía con información histórica y geográfica sobre Portugal, publicada el mismo año en que España invadió Portugal, al ser declarada la guerra con Inglaterra. Su contenido fue muy valioso para el avance del ejército español. La Descripción de Cornide tuvo peor fortuna porque no vio la luz hasta dos siglos después.

A imaxe que José Cornide recolle da nosa cidade é ben pobre, tanto no seu aspecto urbano como no que atinxe ás defensas da cidade. Estamos xa afastados do período da guerra con Portugal, entre 1640 e 1668, cando Tui recuperara o protagonismo militar ao establecerse o cuartel xeneral das tropas españolas, contando con presenza na cidade do Capitán Xeneral de Galicia que dirixía as tropas neste territorio da fronteira con Portugal.

Tui por Pier María Baldi, acompañante de Cosme III de Médicis, en 1669

Finalizado este conflito coa independencia definitiva do reino de Portugal o interese militar da praza de Tui e da propia fronteira miñota decae no que afecta á monarquía española centrada noutros territorios e espazos, especialmente na primacía marítima fronte a Inglaterra. O contrario sucede no caso de Portugal que crea a espectacular fortaleza de Valença.

Unicamente cabe lembrar momentos de tensión fronteiriza cando Tui estivo a piques de sufrir unha invasión portuguesa en 1730, no decurso da Guerra de Sucesión española, e outra en 1750, nun pretendido acordo de permuta de territorios entre España e Portugal. Tamén en 1735, con motivo do enfrontamento con Inglaterra e con Portugal, se procede a unha ordenación dos sistemas amurallados da cidade.

Pero, agás estes incidentes puntuais, nunha economía deficitaria, como era a española naqueles tempos, os investimentos na conservación e mellora das fortificacións da fronteira do río Miño carecen de interese estratéxico. Tui desempeña nos séculos da Idade Moderna a condición de capital provincial, con dúas principais finalidades, unha fiscal e outra militar que afecta aos recrutamentos de tropas e o mantemento dun continxente militar que estea a cargo das defensas desta fronteira no curso do río Miño.

A historiadora Ofelia Rey Castelo ofrece esta visión da nosa cidade en trono a 1750: Las murallas y fortificaciones, ampliadas en el XVII durante la guerra con Portugal y restauradas hacia 1735-36 en previsión de ataques del otro lado de la frontera, permitían reconocer externamente a Tui como una plaza militar, y la presencia permanente de un Gobernador, algunos mandos y el 2º Batallón de Inválidos de Galicia, daba al recinto un cierto tono castrense, si bien es verdad que la imagen los fosos y contrafosos cultivados, produciendo maíz y sirviendo de pastizal al ganado, no parece indicar un sentimiento de peligro; el deterioro al que han sido abandonadas las murallas está atestiguado a mediados del siglo XVIII por fuentes impresionistas -por ejemplo, el P. Florez, 1767-. El personal militar desempeña sus funciones en los cuerpos de guardia y cuarteles y en los cuatro puestos de vigilancia de las puertas de acceso a la ciudad; una parte de las dependencias militares es propiedad de esta y por ello el Estado abona 2.200 reales al año para su reparación; almacenes de pólvora y armas y el Hospital Real fundado en 1704 constituyen otras edificaciones castrenses en donde realizan su actividad los 40 vecinos relacionados con la milicia. La máxima autoridad radica en el Gobernador, don Manuel Meneses, que reside en Tui con su familia y 7 criados que dan idea de su relevancia social; junto a él, un Comisario de Guerra, Don Manuel Manteca, con 5 servidores y los grados más altos del Batallón de Inválidos, los capitanes, el ayudante mayor, el administrador y el comisario del Hospital Real, constituyen el sector más distinguido de la milicia, es decir, hasta un total de 15 que emplean un tratamiento de Don y un numeroso servicio doméstico; los grados inferiores carecen de ambos signos, pero comparten con ellos su elevada edad -en torno a los 50 años-, lo que corrobora la idea de paz que se vive en la ciudad[4]

Ao longo do século XVIII se encargan numeroso informes, estudos e proxectos para a modernización e reparación dos enclaves defensivos da fronteira con Portugal ao longo do río Miño. En 1706 o gobernador da cidade de Tui, D. Francisco Antonio Maestrenuncio, alerta ao Rei das deficientes condicións da defensa de Tui e do perigo diante de posibles ataques dende Valença pois por todas partes se puede entrar en ella y ser las fortificaciones exteriores de tierra y casi sin foso de lo llano que está y sin estrada cubierta y el casco de la ciudad solo tiene huna simple falsabraga alrededor de huna muralla antigua sin tener esta terraplén por estar pegado a dicha muralla[5]

En 1726 el ingeniero Montaigu había pasado a esta zona y proponía mejoras; entre ellas el acuartelamiento de Salvaterra de Miño, que no se efectuaría. Lo mismo aconteció parcialmente con el magnífico proyecto de Juan de la Ferriere, secundado por Carlos Giraud y Diego Montojo, para fortificar Tui: comisionados en 1733 y 1735 por el conde de Itre, para arreglar la muralla de esta plaza de Tui, Salvaterra y Goián, levantaron un extraordinario proyecto de la ciudad episcopal acorde con el de su vecina Valença [6]

Proxecto de Juan de la Ferriere y Valentín, 1735

Cómpre lembrar a figura do enxeñeiro militar Juan de La Ferriere y Valentín, destinado a Galicia en 1731 que centrou a súa actividade na zona de Ferrol ata que en 1733 encargáselle organizar o sistema de defensa da cidade de Tui. Asume os proxectos anteriores e elabora un proxecto moi completo e definido, que, pese a non executarse na súa integridade, podemos afirmar que é o que conforma en boa medida a fortificación tudense do século XVIII que ten chegado ata os nosos días[7].

Tui aparece como unha praza forte, de minguada capacidade operativa, e capital da provincia do seu mesmo nome. Na época en que realiza José Cornide a súa Descripción as forza militares existentes no noso territorio son un rexemento, xunto ás Milicias Provinciais e o Corpo de Inválidos.

Ernesto Iglesias Almeida documenta a presenza en Tui dun rexemento militar profesional con carácter permanente. Después de la guerra con Portugal está documentados los siguientes:

Regimiento de Vitoria (1720)

Regimiento de Granada (1723)

Regimiento de Murcia (1724)

Regimiento de África (1729)

Regimiento de Lisboa (1737)

Regimiento de León (1763)

Regimiento de Navarra (1729)

Regimiento Real de Artillería (1737)

Regimiento de Bruselas (1750)

Regimiento de Toledo (1767)

Regimiento de Asturias (1772)

Regimiento de Orense (1782)[8]

No ano 1734 unha Ordenanza do rei Felipe V establece a creación de 33 rexementos de milicias provincias, en base ás antigas compañías existentes, correspondéndolle a Tui un destes rexementos, conformados a través dun recrutamento entre os homes de 20 a 40 anos da idade escollidos mediante un repartimento ou sorteo entre as diversas localidades en función da súa poboación. Estas Milicias Provincias se reunían cada tres meses na cabeceira do partido, cunha duración de tres días para facer exercicios e practicas de tiro[9]. Eran un continxente preparado para intervención, especialmente no seu territorio, pero se fose o caso eran desprazados para participar en determinadas campañas bélicas como reforzo aos corpos militares de carácter permanente. Estas milicias tudenses en diversas campañas na fronteira con Francia en 1794 ou no decurso da Guerra da Independencia.



Paralelamente existía o denominado Corpo de Inválidos, creados tamén por Felipe V en 1717 e integrados por soldados, con ao menos dez anos de servizo, que pola súa idade, achaques ou feridas non estivesen en disposición de continuar prestando algunha función “para guardar algunos puestos de la costa y en otras partes” polo que se lles concedía un soldo. En 1761, no reinado de Carlos III a reforma deste corpo que promove o Secretario de Estado e Guerra, Ricardo Wall, promove que os Corpos de Inválidos Hábiles se establecesen nas provincias de Andalucía, Castela, Madrid, Galicia e Guipúzkoa coa misión da defensa e custodia do litoral e as fronteiras con Francia e Portugal. "Podría decirse que con la reforma de Wall los inválidos pasaron a ser una especie de carabineros de reino y guardianes de los edificios más emblemáticos del patrimonio nacional, no asignados a tropa en activo[10]. Como comprobaremos no texto que achegamos de Cornide correspóndelle a este Corpo de Inválidos a custodia das fortalezas que integraban o sistema de prazas fortes no curso do río Miño fronte ao reino de Portugal.

En definitiva, arredor de 1764 aínda que a presenza militar era certamente importante na nosa cidade que conservaba a súa vocación de praza forte e cabeceira do sistema de defensas no río Miño non pode ocultarse que estaba nun proceso acelerado de diminución deste papel, determinado polas necesidades estratéxicas da Coroa, centradas noutros territorios, e o importante investimento que significa a recuperación das murallas tudenses adaptadas ás novas necesidades e deseños militares imposible de asumir pola maltreita facenda da monarquía española.

Desaparecido baluarte del Olmo (na actual rúa Martínez Padín)

Na actualidade seguimos conservando, tanto na nosa cidade como no curso do río Miño, un amplo conxunto de espazos fortificados -non todos recollidos no documento de José Cornide- que conformaban un sistema defensivo que tiña a súa cabeceira na cidade de Tui. Un amplo conxunto patrimonial que segue a reclamar atención, valoración e coidado.

Baluarte do Diaño (no Paseo Fluvial)

O Plan Especial de Conservación do Conxunto Histórico de Tui ten realizado un significativo esforzo na documentación e protección normativa do importante volume que se conserva das murallas do século XVII e XVIII na cidade de Tui. Implementar medidas, amplas e/ou puntuais, que contribúan a “visibilizar” esta fortificación moderna resulta necesario tanto para a súa rehabilitación e conservación como para integralas na conciencia patrimonial dos tudenses.

Baluarte do Piñeiro

Por outra banda, a Xunta de Galicia arredor de 2006 promoveu a redacción dun Plan Director das fortaleza transfronteirizas do Baixo Miño[11] que foi unha importante achega para o estudo e investigación das mesmas e para importantes actuacións como no Castelo de San Cruz de A Guarda. Pero aquela iniciativa no chegou a desenvolverse axeitadamente resultando pertinente unha actualización daquel documento para continuar cun traballo de recuperación, rehabilitación e conservación deste amplo conxunto de fortificacións.

Finalmente, por aqueles anos promoveuse a candidatura das “Fortificaciones abaluartadas de la raya ibérica” para a súa inclusión na lista indicativa de España a Patrimonio Mundial, aínda que centrada nas fortificacións da fronteira en Extremadura. Esta proposta, logo decaída, segue resultando de interese pois estamos diante dun paisaxe cultural de excepcional interese que percorre a fronteira hispano-lusa e onde Tui xoga un papel determinante para o ámbito noroeste desta fronteira.

 

Mapa da provincia de Tui coas garitas de fachos existentes na fronteira con Portugal
ano 1762, Arquivo do Servicio Xeográfico do Exército

 

 

DIVISIÓN O

PARTIDO desde la desembocadura del

río Miño en la Mar has-

ta el principio de la raya

seca, sus riberas, Pla-

zas y defensa

 

En la desembocadura del río Miño enfrente de la punta de Santa Tecla, hay una islita pequeña, en la que solo hay una iglesia de la Virgen que se llama Nuestra Señora da Insua: en la que estableció un convento de frailes franciscos. Tiene su defensa aunque corta, y pertenece a los portugueses.

Entrase a costear el río Miño, cuyas aguas forman la frontera de Galicia y Portugal, perteneciendo la mitad de ellas a un Reino y la otra mitad al otro. En las primeras dos leguas que se encuentran sobre las riberas de este río no hay plaza ni fortificación alguna, ni mas defensa que el río que en toda esta frontera no puede vadearse.

En la parte de Portugal a un cuarto de legua de la desembocadura del Miño se halla la plaza de Caamiña, que, aunque que de poca consideración es la única que tienen los portugueses en esta parte para defensa de la entrada a la provincia de Duero y Miño.

A dos leguas de la desembocadura del río, costeando la ribera de Galicia se encuentra el fuerte de Goyán situado en una colina sobre el mismo río para defender su paso. Su frente es una batería contra el río y la frontera con diez cañones.

Por la parte de tierra tiene su entrada con su rastrillo, foso y puerta. Las murallas son de piedra y tierra, en mediano estado. En lo interior hay su cuartel, capilla y almacén y casa para el gobernador en mejor estado. Tiene un gobernador y diez o doce inválidos de guarnición y diez cañones montados. El lugar de Goyán tiene ciento veinte vecinos labradores.

De la otra parte del río frente a este fuerte hay en la frontera de Portugal una pequeña plaza llamada Villanueva de Cerbeira para contener el paso del río, y oponerse a Goyán.

Siguiendo la ribera de Galicia río arriba a una legua de distancia se encuentra un castillo o fuerte llamado de Amorín en muy mal estado. Hay dos o tres cañones de hierro sin cureñas y cuatro inválidos de guarnición. El cuartel y murallas todo está mu deteriorado. El lugar tiene sesenta y un vecinos labradores.

Una legua más arriba volviendo a seguir la ribera se halla la plaza de Tuy. Hallase situada en una colina sobre la orilla del río. Su fortificación es irregular. Su parte, que está sobre la frontera tiene dos buenos baluartes y una cortina. La parte de tierra está cercada de un recinto con algunas obras exteriores de tepe todo ello en mediano estado: y sólo capaz de resistir un golpe de mano. Tiene cuarteles, almacenes y hospital regularmente tratados. En los baluartes, que están sobre el río, hay diecisiete cañones montados. Mándala un gobernador con grado de teniente coronel, y su guarnición regular consiste en los residuos que suelen quedar de las compañías de inválidos provinciales, después de sacados los destacamentos.

La ciudad de Tuy es la capital de esta provincia, sus calles son en cuesta, y sus edificios de muy mala estructura. Tiene ochocientos veintiún vecinos en el recinto de las plazas y arrabales contiguos: de los cuales hay algunos distinguidos y ricos, los demás son mercaderes, labradores, artesanos, y dependientes del cabildo. El obispo junto con este es dueño de la ciudad, nombra justicia todos los años y algunos regidores añales además de tres o cuatro con perpetuos. El cabildo se compone de un deán, varias dignidades, y un número considerable de canónigos que tienen rentas considerables con proporción al país. La catedral y el palacio del obispo son dos edificios antiguos sin arquitectura, situados en lo más alto de la plaza. Hay dos conventos de monjas y dos de frailes Dominicos y Franciscos. No es lugar de comercio ni tiene más que el preciso para surtir de géneros la provincia.

Para la comunicación con Portugal hay a un tiro de fusil de la plaza una barca de paso que conduce a las gentes de una ribera a otra. En el embarcadero hay una aduana para registro de los géneros que pasan de una parte a otra.

Aunque la situación de la plaza no tiene nada de agradable; la vega de sus cercanías bañada del río del Oro, es muy fértil y abundante, lo mismo sucede a diferentes valles que la cercan por todas partes cuya amenidad y llanura, hacen esta una de las más ricas provincias, cómodas y baratas del Reino por su gran copia de frutos.

Frente a la plaza de Tuy, pasado el Miño, se encuentra en la frontera de Portugal la plaza de Valencia, situada en otra eminencia igual a la de Tuy.

Es la plaza de más consideración que hay en toda la frontera, de mucho recinto y que necesita una considerable guarnición para su defensa.

Sigue la ribera del río por la parte de Galicia por espacio de dos leguas hasta Salvatierra sin que en ellas haya plaza ni castillo alguno, ni otra defensa que el Miño, que no es vadeable: pero se pasa con barcas por todas partes. El terreno es llano, fértil y poblado de lugares y valles muy amenos. Atraviésalo el río Serradella, que nace junto a Riofrío, cerca de cuatro leguas tierra adentro, y desemboca en el Miño a un cuarto de legua de Salvatierra, siendo vadeable en toda su extensión.

En las dos leguas que hay en la parte de Portugal desde Valencia a Monzón que son igualmente llanas tampoco hay mas fortificación que una antigua torre llamada de la Lapela de muy poca consideración situada a una legua de distancia de ambas plazas en medio del camino sobre el río.

La plaza de Salvatierra es una especie de fortaleza antigua de figura cuadrilonga. Entrase en ella por la parte de tierra contraria al frente del río. A mano derecha de la puerta se halla el baluarte del Pozo que está enfrente del camino real que viene a la plaza, sigue una cortina, y al fin de ella hay otro baluarte llamado del Molino, que con otra muralla que finaliza con un baluarte, da principio al frente del río que es una muralla toda seguida a lo largo de la ribera. Esta tirantés remata en el baluarte de la Iglesia, y volviendo está el baluarte del Caballero del que parte otra muralla que viene a dar a la puerta.

Toda la defensa está a la parte de tierra. Hay un proyecto que enmienda toda la fortificación de tierra, y añade un baluarte a la parte del río, y un recinto exterior a toda la plaza. En el día está en menos que mediano estado. Tiene diez cañones que estuvieron montados en la última guerra.

En lo interior de la plaza hay un palacio del conde arruinado. Casa para el gobernador, almacén de pólvora, y de pertrechos de artillería, cuarteles de caballería, medio arruinados, y de infantería en mediano estado.

Manda esta plaza un Gobernador Militar con grado de capitán. Tiene de guarnición un pequeño destacamento de inválidos de Tuy. El Gobierno Político lo pone el conde nombrando justicia y Regidores todos los años. La villa tiene doscientos cincuenta vecinos labradores y artesanos.

En la frontera de Portugal de la otra parte del Miño está frente a Salvatierra la plaza de Monzón, distante cerca de un cuarto de legua del río.

Volviendo a seguir la ribera del Miño desde Salvatierra hasta la raya seca hay dos leguas muy montañosas y de difícil paso, las que está llenas de lugares de poca consideración y de ninguna defensa; pues en todo este distrito no hay plaza, castillo o fortificación alguna. El río y las montañas son el único impedimento para penetrar en lo interior del Reino.

En la parte de Portugal, como a legua y media de Monzón, tienen los portugueses otra plaza llamada Melgazo, que es una de las mejores que hay en la frontera por esta parte.

Con estas dos leguas sobre la ribera del río finaliza la frontera que está sobre el Miño, toda ella pertenece a la provincia de Tuy. Es bastante abundante en todo género de frutos. Entre los lugares, que están en la misma ribera ni en sus cercanías no hay alguno que sea de consideración.

Los caudillatos de esta división está arreglados como los demás de esta provincia empiezan desde la desembocadura en la mar, y continúan distribuidos por toda su orilla para resguardo de la frontera.

El primero es el de Ribas de Miño, formado por varios trozos sacados de las feligresías inmediatas que todos componen setecientos ochenta y un hombres.

El segundo es el de Tuy, y sus cercanías que componen quinientos setenta y cinco hombres.

El tercero el de Salceda formado varias feligresías y trozos que componen cuatrocientos ochenta y cinco.

El cuarto el de Salvatierra, cuyos trozos componen dos mil quinientos cuarenta y dos.

El quinto el de Arbo cuyos trozos hacen trescientos setenta y nueve.

El sexto el de Albeos, que con sus trozos, componen quinientos cuatro.

El séptimo el de Creciente, cuyos trozos componen novecientos setenta y siete hombres.

El octavo el de Covelo que con sus trozos componen novecientos setenta y siete hombres.

El nono el de Sobroso de Arriba, cuyos trozos componen mil ochocientos noventa y dos hombres.

El décimo el de Sobroso de Abajo que tiene mil ciento setenta y nueve hombres.

El undécimo el Porriño cuyos trozos componen novecientos diecinueve hombres.

El último el de Santanticeño que con sus trozos tiene doscientos ochenta y cuatro.

Estos caudillatos componen doce mil cincuenta y cinco hombres que bien armados pueden muy bien guardar ocho leguas de frontera con un río caudalosos en medio que por ninguna parte es vadeable, en un país pingüe propio y conocido, y con un número de lugares en que con comodidad pueden acantonarse en tiempo de guerra: No siendo de menos consideración la natural aversión con que miran a los fronterizos de la otra parte del Miño.

Los castillos y baterías de esta división con la gente precisa para su servicio es como se sigue:

Plaza de Tuy…..                     17                         72     

Fuerte de Goyán…..              10                         50

Fortaleza de Salvatierra…    10                         45

 

 



[1] Ver: “O sistema amurallado tudense (I): a muralla medieval” http://tudensia.blogspot.com/2019/08/o-sistema-amurallado-tudense-i-muralla.html ; “O sistema amurallado tudense (II): a falsa braga ou barbacana do século XV-XVI” http://tudensia.blogspot.com/2019/09/o-sistema-amurallado-tudense-ii-falsa.html e “O sistema amurallado tudense (e III) http://tudensia.blogspot.com/2019/11/o-sistema-amurallado-tudense-e-iii.html

[2] Cornide Saavedra, José; Axeitos, Xosé Luís, ed. Descripción circunstanciada de la costa de Galicia, y raya por donde confina con el inmediato Reino de Portugal: hecha en el año de 1764. historia. Ediciós do Castro, 1991.

[3] Manso Porto, Carmen: “Cartografía histórica de José Cornide en la Real Academia de la Historia: el mapa general del Reino de Galicia y los de sus diócesis (1760-1772)” en Abrente: Boletín de la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario, nº 42-43 (2010-2011) , p. 238.

[4] Tuy 1753 según las respuestas generales del Catastro de Ensenada. Introducción de Ofelia Rey Castelao. Madrid, Tabapress, 1990. Pp. 31-32.

[5] Sánchez Bargiela, Rafael: Breve historia de Tui. Tui, 2020, p. 99.

[6] Rodríguez-Villasante Prieto, Juan A.: Historia y tipología arquitectónica de las defensas de Galicia: funcionalidad, forma y ejecución de diseño clasicista. Edicións dio Castro, 11984, p. 136.

[7] Sánchez Bargiela, Rafael: Op. Cit. p. 99.

[8] Iglesias Almeida, Ernesto: Historia militar de Tui a través de los siglos. Tui, 2020, p. 46.

[9] Martín Sapia, Jesús e Sáncgez de la Rocha Táboas, José: “Milicias provinciales de Tui” en Tui. Museo y Archivo Histórico Diocesano. VI (1992), pp. 213-265.

[11] Descubrir a historia. Plan director das fortalezas transfronteirizas do Baixo Miño. Xunta de Galicia, 2016 ou a tese e os traballos de Rebeca Blanco-Rotea, especialmente “Trabajos arqueológicos realizados en el transcurso de la redacción de las Fortaleza Transfronterizas del tramo bajo del río Miño” en Cadernos de Arquoloxía e Patrimonio, 22. CSIC, 2013.

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