Celebrouse o pasado sábado, 30 de novembro o 799 aniversario da consagración da catedral de Tui no ano 1225 tendo lugar esta mañá a cerimonia litúrxica conmemorativa, presidida polo bispo, na propia catedral. Un aniversario que abre ás portas para a conmemoración do oitavo centenario que viviremos de agora nun ano.
Son
moitas as expectativas que suscita este evento que se aproxima en múltiples
ámbitos da nosa vida colectiva, pois a nosa catedral recolle na súa existencia
e portentosa presenza a imaxe máis acaída da nosa cidade e as súas xentes.
Este
centenario é unha excelente oportunidade para reflexionar sobre a súa dimensión
teolóxica ou relixiosa, pois ante todo é expresión da fe dunha comunidade
humana ao longo dos séculos, que se expresa tamén a través da arte
Como
sempre o recurso á autoridade de Francisco Avila y La Cueva resulta
imprescindible para coñecer de onde procede a certeza ou a tradición desta
celebración na data do 30 de novembro:
Era D. Esteban Egea el Prelado que gobernaba la iglesia
de Tuy al tiempo de escribir su historia el que le subcedió en la Mitra, D.
Lucas, diácono de León, cronista de la reyna Berenguela la Grande, madre de San
Fernando, el qual refiere que la felicidad q el reyno y los Prelados gozaban en
aquella envidiable constitución donde los Reyes afianzaban la proposteridad de
sus armas y vasallos por la exsaltación del culto del Rey de Reyes y aumento de
su iglesia. Los prelados valiendose de la protección y liberalidad de ambos
Reyes de Castilla y León y especialmente de la magnífica Reyna Doña Berenguela consagraban a Dios templos
ilustres como se vió en Toledo, Burgos, Valladolid, Astorga, Orense y Zamora. Así
lo testifica el refredido cronista que vivía y escribía a la sazón y por lo que
mira a nuestra Iglesia de Tuy dice a la pagina 113: Generosus etiam Stephanus
Tudensis episcopus eiusdem ecllesiam
magnis lapidibus consummavit et ad consecrationem usque perduxit. Hallabase
esta obra empezada desde el pontificado de Don Beltrán (1173-1187) y no desde el de Don Pelayo Menendez (1131-1156)
como creyó el M. Florez, pues la que empezó el Sr. Menendez la concluyó el
mismo y fue en muy diverso sitio del que tiene la actual. Cuya obra de la
actual prosiguia no tan conforme al deseo, cuanto a la escasez de los tiempos,
pero después q reyno el León la madre de San Fernando y cuanto este por
solicitud de los obispos entró pacificamente en el reyno de su padre: promovión
Don Esteban la fabrica del templo con una tal actividad que logró
perfeccionarla felizmente y con firmeza por uso de grande piedras magnis
lapidibus consummavit. Viendo Don Esteban acabado lo que ninguno vio hizo
solegne consagración de la Santa Yglesia bajo su invocación antigua y primitiva
de Santa María, como afirma el que le subcedió en la Mitra. Celebrase esta
fiesta anualmente con solegnidad de primera clase en el día primero de Diciembre
y en dicho día la pone el calendario perpetuo del año 1578 y lo mismo el de
1688 del Sr. Obispo Don Alfonso Galaz Torrero y no en el dos de Diciembre como
escribió el Sr. Sandoval. El calendario precedente del 78, añade fuit herit
y prueba que la consagración se hizo en el día de San Andrés, último de
Noviembre, pero no consta el año, pues aunque Rodrigo Mendez Silva en la “Población
general de España” fol. 226, bto. Asegura fue hecha en el año 1224. La Tabla de
los Obispos de esta Santa Yglesia la reduce al de 1225 y lo mismo el canónigo
de ella Don Francisco de Alcova en el libro de ceremonias que escribió para dicha Yglesia a principios del siglo 17, ni unos ni
otros declaran donde hallaron la noticia y como el hecho es tan antiguo y
ningun escritor de aquel tiempo nos señala el año, por lo mismo no se puede
adactar lo que estos tales dicen en el particular.[i]
Tabla das principais cerimonias na catedral tudense |
Esta
información de Ávila y La Cueva documenta como a data do 30 de novembro de 1225
é unha tradición da catedral tudense ao non conservarse a acta de consagración
do templo que recollería os asistentes a este solemne cerimonial. Por citar un
paralelo, coñecemos a acta de consagración da catedral de Santiago realizada o
21 de abril de 1211, sendo a feira quinta da segunda semana de Pascua no arcebispado
de Pedro Muñiz. Gracias á copia deste documento conservada no chamado “Tumbo B”
da catedral compostelá, coñecemos que neste acto estivo presente Alfonso IX,
rei de León e Galicia (así como o seu irmán Sancho e o seu fillo primoxénito, o
infante Fernando) realizando ademais importantes doazóns. Xunto a eles
subscriben esta acta os bispos presentes: o propio Pedro Muñiz (chamado tamén
Pedro IV) e os outros bispos das dioceses de Ourense, Tui, Lugo,
Mondoñedo, Coria, Guarda, Évora, Lisboa e Lamego[ii].
En
época medieval se empregaban os termos “dedicación (dedicatio)” e “consagración
(consecratio)” como sinónimos, pero co paso dos séculos este último
reservase para a consagración do altar diferenciándose da dedicación, a un
advocación tutelar, do templo.
Esta
cerimonia, presidida polo bispo titular, era de gran solemnidade: El ritual
completo de dedicación del templo se compone, a partir del siglo IX, de algunas
ceremonias invariables cuyo orden se altera según las fuentes documentales, que
son principalmente libros litúrgicos. El esquema de los ritos más comunes nos
evoca una elaborada estructura de larga duración que combinaba movimientos
ceremoniales, signos visuales y sonoros, así como oraciones y cantos.
Miniatura z Sacramentarium Parisiense ad usum Silvanectensem (Bibliothèque Sainte-Geneviève, Ms. 102 f. 375v), ok. 1270 r. |
La liturgia comenzaba con el recibimiento del clero y de
la asamblea por parte del obispo desde un lugar cercano donde se han depositado
las reliquias del nuevo templo. Se bendecía el agua para la aspersión y encabezan
la procesión hacia la iglesia que se va a consagrar mientras se evocaba la
presencia de los santos. Al llegar al nuevo edificio, y delante de su puerta
principal, se pronunciaba una plegaria de bendición y se rociaba con agua
bendita el portal y, a continuación, se asperjaban los muros exteriores, antes
de que el obispo y los clérigos entren en la iglesia. En este momento se cantan
las letanías de los santos y el prelado traza sobre piedra una cruz con el
alfabeto griego y latino en el suelo del templo. Seguidamente tiene lugar la
plegaria de consagración del edificio y la consagración del altar. A
continuación, se prosigue con la unción del altar con crisma, y se realiza el
mismo gesto con las doce cruces del interior del templo. Se bendicen los
objetos litúrgicos que van a ser utilizados en la iglesia y se perfuman sus
naves con incienso. Una vez bendecido el espacio, se autorizaba al resto del
clero y los fieles el acceso al interior de la iglesia. En presencia de los
fieles se trasladaba la reliquia al ara central y, para finalizar, se celebraba
la eucaristía sobre el nuevo altar recién consagrado[iii].
Aínda
que a testemuña documental non chegou aos nosos días conservamos na nosa
catedral de Santa María a testemuña epigráfica daquela cerimonia de consagración
do 30 de novembro de 1225 como son as cruces de consagración gravadas na
entrada e nas paredes da catedral. En total doce cruces, a totalidade das
cruces que foron unxidas hai agora case oito séculos, aínda que sospeitamos que
algunha non se conserva na súa localización orixinal.
Pola
bibliografía coñecemos que hai diversas tipoloxías de cruces de consagración:
as gravadas nas paredes do propio templo, outras son pezas talladas e colocadas
ou incrustadas nas paredes e noutros casos se pintaron directamente sobre as
paredes do templo. No caso tudense corresponden coa primeira modalidade e as
cruces de similar deseño e proporción están gravadas nos propios perpiaños das
paredes da catedral.
No
ritual se contemplaba que estas cruces estivesen iluminadas por unha cadea ou
vela co seu correspondente soporte. Aínda na actualidade podemos sospeitar que
algunha incisión existente por baixo dalgunha destas cruces correspondía ao
soporte destas candeas. Hoxe no ritual litúrxico da cerimonia conmemorativa da
dedicación da catedral se colocaron baixo estas cruces as súas correspondentes
velas significando o protagonismo destas cruces naquela celebración de 1225 que
anualmente se actualiza.
Los pontificales de la Curia Romana en el siglo XIII aludían a la realidad de que las cruces se encontraban ya trazadas en el templo en el momento de la ceremonia, de esta manera "el obispo entrará en la iglesia para hacer un recorrido por ella, empezando por la derecha en el lado este, y con su pulgar dibujará una cruz con el crisma en los doce lugares donde las doce cruces fueron pintadas previamente, mientras dice en cada uno de los lugares: Que este templo sea santificado"
Pontifical, h. 1498. Besançon Bibl. Municipale, ms. 116, f. 103r. |
Estas doce cruces son un signo que alude aos doce apóstolos, discípulos de Xesucristo, que son a base e o fundamento da igrexa e por tanto desta catedral onde ten a súa sede, a súa cátedra, un sucesor deste apóstolos pois así queda establecido na propia doutrina da Igrexa ao entender esta sucesión apostólica como a base na que se fundamenta o episcopado e a súa misión de rexer ao pobo de Deus.
Tampouco
podemos esquecer que a cruz, como principal símbolo da iconografía cristián, é
unha referencia á misión salvífica de Xesús que se entrega á súa crucifixión
para cargar cos pecados da Humanidade e darlle acceso á salvación por medio do
seu misterio pascual, da súa morte e resurrección. A cruz como signo salvífico é
unha defensa fronte ao inimigo, o diaño. Por tanto estas cruces de consagración
son unha defensa deste templo consagrado ao servizo de Deus, converténdoo nun
lugar de gracias pola presenza de Deus.
A
unción co crisma, o aceite consagrado na misa crismal, que se emprega nos sacramentos
e na liturxia; significa a unción divina, a elección por Deus. A signación co
crisma das cruces expresa a consagración do tempo, a súa dedicación como espazo
sagrado, a súa preservación como ámbito de gracias e por tanto vedado á
presenza do diaño, do inimigo.
En tal sentido, algunas fuentes medievales sobre liturgia,
como el Rationale de Guillermo Durando, ahondan en las significaciones que
tienen las cruces de consagración aludiendo a su efecto más allá del momento en
el que fueron trazadas. La función protectora contra los demonios, que sienten
terror al ver las marcas de la cruz, se entremezcla con la evocación de la
crucifixión de Cristo y su sacrificio que suponen los signos de consagración,
que se hace presente en la liturgia que se celebra en las iglesias actualizando
los elementos fundamentales de la salvación[iv]
Las cruces de consagración tienen su precedente directo
en el signo de la Cruz de Cristo, como medio de santificación en la gestualidad
litúrgica: el obispo bendice trazando el signo de la cruz, consagra el pan y el
vino con el mismo gesto y la asamblea saluda en la liturgia también a través
del signo de la cruz. Estas cruces y su utilización litúrgica sobrepasan los
límites de la Edad Media, manteniéndose el ritual de su unción crismal hasta la
última edición vigente del Pontifical Romano, a finales del siglo XX, por lo
que todavía se trazan cruces de consagración en las iglesias de nueva planta
edificadas en la actualidad [v]
Esta
evocación das cruces de consagración conservadas na catedral de Tui co seu valor
patrimonial e especialmente co seu valor simbólico ou teolóxico nos achega á
inmediata celebración do oitavo centenario da súa consagración. Un
acontecemento de singular relevancia para a vida da diocese, pois cabe lembrar
que a revelación divina que transmite a Igrexa esta baseada na Palabra de Deus
ou Escritura e na Tradición apostólica, a experiencia de vida transmitida polos
apóstolos aos seus sucesores, os bispos, e que ten a súa expresión na cátedra
episcopal localizada na catedral. Rememorar esta dimensión da catedral como
expresión da Tradición apostólica que fai incesantemente operativa á
Escritura, pois a Palabra escrita necesita ser aplicada á realidade concreta dos
homes en cada tempo.
Pero
este centenario da catedral é tamén un evento emblemático para a nosa cidade,
pois a nosa catedral é o símbolo eminente de Tui, que nos identifica e
singulariza, como expresión da nosa identidade colectiva. Neste blog xa temos apuntado
en diversas oportunidade que o xeito como unha cidade lembra a súa historia
–coas súas luces e sombras, coas súas grandezas e miserias- reflicte como se
percibe a si mesma e, moi especialmente, como quere ser, que proxecto común
quere construír[vi].
Hai
oitocentos anos os tudenses foron quen de erguer este fito patrimonial que é a
catedral de Santa María. Liderados polos seu bispos a cidade e o seu territorio
tivo a capacidade de construír este templo referencial, expresión de arte e de
fe, que acolle a primeira expresión da escultura gótica da Península Ibérica.
Os tudenses expresaron a súa potencialidade, a súa ambición, a súa capacidade
colectiva para edificar esta catedral, símbolo de fe e de cultura, manifestación
portentosa dun proxecto colectivo que ten chegado onda nos, reclamándonos unha
continuidade nesta aspiración, neste anhelo común, da construción compartida dunha
cidade orgullosa da súa historia e condición.
A celebración deste 800 aniversario é unha oportunidade excepcional para abrir esta reflexión colectiva, que non pode ser unicamente unha rememoración que “añore” o pasado (cómpre rachar co bucle melancólico en que vive a nosa cidade) senón unha afirmación das capacidade de Tui e as súas xentes para reposicionarse, para repensármonos como cidade.
Con gratitude a José Ramón Fernández pola súa axuda e colaboración.
[i] Historia
civil y eclesiástica de la ciudad de Tuy y su obispado. Tomo III. Os bispos de Tui. Edición facsimilar,
Consello da Cultura Galega, 1995, pp. 192-193.
[iii]
Pazos-López, Ángel (2019): “Pintura mural y liturgia. El trazado de las cruces
de consagración en los rituales de dedicación de iglesias de Occidente y sus
representaciones iconográficas en el arte bajomedieval” en Pintado en la
pared: el muro como soporte visual en la Edad Media de Santiago
Manzarbeitia Valle, Matilde Azcárate Luxán e Irene González
Hernando (eds.). Ediciones Complutense ; Universidad Complutense de Madrid.
[iv]
Pazos-López, Ángel (2019): Op. Cit.
[v] Pazos-López,
Ángel (2017): "Cruces de consagración", Base de datos digital
de Iconografía Medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: www.ucm.es/bdiconografiamedieval/cruces-consagracion
Comentarios
Publicar un comentario