Publicamos hoxe un artigo do cronista da cidade,
Manuel Fernández-Valdés Costas, publicado en 1953 na revista “Tuy” que editaba
daquela o Instituto Laboral da nosa cidade, creado había escasamente tres anos.
A historia da educación pública en Tui é un dos
capítulos aínda sen abordar da nosa memoria local. En época moderna será a
Cátedra de Gramática que promove a sede episcopal tudense xunto á formación que
ofrecen os conventos de San Domingos e San Antonio (de dominicos e franciscanos
respectivamente, este último xa no século XVIII) os unicos modos de acceso á
educación das elites tudenses.
Será no ano 1838 cando se crea o primeiro centro público,
un colexio de humanidades patrocinado polo Concello. Haberá que agardar arredor
1845 para a creación no antigo convento de San Antonio (hoxe Seminario) o
primeiro instituto, de terceira clase, no que se integran as cátedras de
latinidade e filosofía que mantiña o concello tudense. Pero este instituto desaparece
ao crearse en 1850 o Seminario Conciliar. Haberá que agardar a 1933 para que
coa II República se cree en Tui un Instituto de Segunda Enseñanza no antigo
convento de San Domingos que perdura ata 1939.
Pero nos anos seguintes o concello mantivo a
reclamación dun centro de ensino medio que se conseguira no ano 1950 ao crearse
o Instituto Laboral que impartía un bacharelato profesional na modalidade agrícola
e gandeira, instalándose no antigo hospital da cidade. Con sucesivas
transformacións este ensino medio chega ata os nosos días.
Non é agora o momento de documentar este proceso, pero
esta introdución é para reseñar que no ano 1952 este Instituto Laboral, baixo a
dirección de Clodoaldo Tubilla, crea unha publicación periódica “Tuy” que se
edita durante oito anos. A cabeceira da revista escolar é obra doutro afamado
artista tudense, Gonzalo Álvarez Besada, profesor deste Instituto.
Esta publicación recolle a actividade do Instituto asi
como diversas colaboracións relacionadas cos obxectivos do centro e sobre aspectos
diversos da nosa cidade. Unha publicación herdeira da revista do instituto dos
anos trinta, “Tude”, que dirixía Xesús Ferro Couselo.
Un dos seus colaboradores é Manuel Fernández-Valdés
Costas que no segundo número de maio de 1953 publica un interesante artigo que
hoxe reproducimos.
Baixo o título de “Aventureros tudenses” recolle diversas
noticias sobre tudenses intrépidos que, lonxe da súa terra, teñen deixado a súa
pegada que cómpre non esquecer. E xunto a nomes recoñecidos o cronista tudense
nos achega tamén os nomes dos primeiros tudenses que embarcaron, nos inicios do
século XVI, cara á Indias, ás terras de América que eran naquel momento o “lugar
de promisión” que atraía a tantos “aventureiros” como os define Manuel
Fernández- Valdés.
Unicamente engadir a esta lista o nome do grumete “Juanes”
Hernández, que emprendeu a travesía capitaneada por Fernando de Magallanes (a
quen lle dedicados hai poucos datas un post: http://tudensia.blogspot.com/2020/04/o-grumete-juanes-hernandez-un-tudense.html)
xunto con Sebastián de Ocampo. Este último tudense (ás veces se ten dito que de
Noia pero dende o descubrimento do seu testamento xa non hai dúbida algunha)
foi un dos grandes emprendedores nos primeiros tempos da colonización de
América. Foi tamén o responsable do Bajeo de Cuba en 1508 en que circunnavegou
a illa confirmando a súa insularidade. Tamén ocupou un dos nosos posts (http://tudensia.blogspot.com/2013/05/sebastian-de-ocampo-mercader-e.html)
AVENTUREROS
TUDENSES
Tuy, en orden a su escasa población,
puede vanagloriarse de ser una de las ciudades que más hijos ilustres ha dado a
la patria en todos los tiempos.
Este fenómeno, señalado repetidas veces
tiene fácil explicación. Situado Tuy en una zona fiscal en donde las pocas
industrias permitidas y el comercio intervenido viven en precario, no presenta
horizontes a las juventudes de la clase media que no ven más perspectiva que
nutrir las aulas universitarias o buscar mejores horizontes en la emigración.
Esto explica el gran porcentaje de la
tudenses con carreras universitarias o burocráticas y explica también por qué
los tudenses se han expandido por todo el mundo llevando su audacia o su saber
a todas las latitudes.
Y así vemos triunfando en Portugal al
eminente jurisconsulto Caldas Pereira; y en Francia al insigne médico filósofo
Francisco Sánchez deja huella indeleble de su paso. Y en las antípodas, bajo
las selvas australianas, evangeliza salvajes el benedictino Padre Salvado. Y el
beato Antonio de San Buenaventura, ciñe en Japón la corona del martirio. Y
otros triunfan en Chile, y en Argentina y en Filipinas…
En Filipinas un Capitán General funda un
pueblo, hoy muy próspero, al que llama Tuy en memoria de la patria de su padre,
el exministro de la Guerra y también Capitán General, D. Laureano Sanz.
¿Y quién sería el aventurero que dio el
nombre de Tuy a un río de Venezuela? ¿Sería acaso uno de los buscadores de oro
enrolados por el alemán Welser, que recorría los Llanos de Venezuela en busca
de El Dorado? ¿O más bien un oscuro soldado de Quesada que por su audacia logró
acaudillar un grupo de aventureros?
Misterios que nunca desvelará la
historia,
Apenas transcurridos veinte años del
descubrimiento de América, en plena fiebre de exploraciones y conquistas,
comienza en España la emigración, la sangría eterna que todavía no terminó. No
les arredra atravesar el proceloso Atlántico en frágiles barcos de vela,
juguetes de los vientos y de las olas, ni las fieras ni los reptiles de sus
florestas vírgenes, ni los salvajes indígenas que defienden su territorio con
armas impregnadas de un sutilísimo veneno, ni el clima hostil, mucho más
mortífero que los hombres y que las fieras. Les empuja la fiebre del oro. El
Vellocino de oro, ayer como hoy, es el ídolo que arrastra a las multitudes.
Tuy no va a la zaga en esta corriente.
En el “Catálogo de Pasajeros de Indias” de Bermúdez Plata, extractado del
Archivo de Indias, que abarca desde el año 1510 al 1559, figuran los emigrantes
gallegos en la proporción siguiente:
Orense: 22 emigrantes
Tuy: 17
Pontevedra: 14
La Coruña: 13
Lugo: 6
Bayona: 5
Santiago: 4
Ribadeo: 4
Vigo: 3
Redondela: 2
¿Cuántos habrán triunfado? Que historias
maravillosas podrían contar de sus aventuras.
Pero nada sabemos. Solamente el Archivo
de Indias, con minuciosa escrupulosidad, registró sus nombres y filiación que
vamos a exhumar para que no queden en el polvo del olvido:
Juan Pérez de Tuy, hijo de Pedro
Alfonso y de Inés González. El 13 de diciembre de 1512 se embarcó para las
Indias
Juan Fernández de Tuy. Hijo del
anterior y de Catalina Alonso. Embarcó el 9 de marzo de 1513 (no se consigna el
destino).
Juan Hernández. Hijo de Juan
Paez y de Catalina Alonso. Embarcó el 4 de septiembre de 1513.
Hernand Pinto. Hijo de Juan
Alonso del Rio y de Catalina Pinto. Embarcó el 12 de noviembre de 1513.
Cristóbal Gallego. Hijo de Alonso
Rodríguez de Arbeloso y de María Díaz. Embarcó el 11 de noviembre de 1516.
Lucas de Tuy. Hijo de Juan
Vázquez y de María Sánchez. Embarcó el 21 de febrero de 1517.
Francisco Correa. Hijo de
Francisco Govea y de Catalina Correa. Embarcó para Cartagena de Indias con el
Capitán de la Armada Rodrigo Durán, el 12 de junio de 1534.
Juan Rodríguez de Mendas. Hijo de Alvaro
de Gemendaenz y de Constanza de Gemendaenz. Embarcó para Nueva España el 4 de
agosto de 1536.
Manuel de Acebedo. Hijo de Juan
Fernández y de Beatriz González. Embarcó para Santo Domingo el 8 de enero de
1537.
Francisco de la Rosa. Hijo de
Francisco de la Rosa y de Juana Martín. Embarcó para Perú em 8 de enero de
1537.
Gregorio Baes. Hijo de Luis
Baes y de Malgarida Puella. A Tierra Firme el 21 de abril de 1537.
Leonor Alonso. Hija de Álvaro
de Tuy; sale para Santo Domingo en compañía de sus hijos Álvaro y Antón
Hernández el 12 de mayo de 1539.
Juan Martínez. Hijo de
Francisco de Morín y de Inés Martínez. Sale para Nombre de Dios el 20 de agosto
de 1539.
Antonio Díaz. Hijo de Diego
Álvarez y de Juana Díaz. A Nombre de Dios el 20 de agosto de 1539.
Inés Doya de Benavides. Hija de Alonso
de Cuéllar y de Inés Doya de Sotomayor. Sale para Perú el 27 de noviembre de
1559. En el archivo dice “hijo”; acaso Inés sea también nombre de varón.
Francisco de la Cruz. Hijo de
Gonzalo Álvarez Franco y de Isabel Álvarez, a Santo Domingo el 12 de marzo de
1540.
Cristóbal de Azevedo, soltero, hijo
de Andrés de Acevedo y de Isabel Núñez. Embarca para Nueva España el 20 de
marzo del 1559, como criado del licenciado Vasco de Puga.
En esta relación no están incluidos,
como es natural, los nautas tripulantes de aquellas gloriosas naos, siempre con
la vida suspendida sobre el abismo, ni los guerreros que formaron en las
huestes de los conquistadores, héroes anónimos que aportaron su concurso de la
Epopeya Nacional, pero cuyos nombres no recogió la Historia.
Manuel Fernández – Valdés
En “Tuy: publicación del Instututo
Laboral”, ano 2, nº 2, 15 de maio de 1953, p. 6.
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