Ir al contenido principal

A Guerra da Independencia en Tui nas memorias do mariscal Soult



O pasado ano, coincidindo co centenario dos acontecementos da Guerra da Independencia en Tui, publicamos en Tudensia diversos “post” describindo os principais acontecemento daqueles episodios bélicos.

Completamos hoxe aquela serie cos comentarios que sobre a toma de Tui figuran nas memorias do mariscal Soult, comandante en xefe das tropas napoleónica ao seu paso pola nosa cidade nos primeiros meses de 1809.

“Estas memorias, atribuidas ao mariscal Soult, foron aparentemente redactadas durante a campaña de Galicia e Portugal, e rematan cando o exército francés se veu obrigado a abandonar o Oeste e Sur da Península perseguido polo xeneral inglés Arthur Wellesley, duque de Wellington. Coidase que esa devanditas memorias foron escritas posteriormente, utilizando as anotacións do propio mariscal Soult, por Pierre Le Noble, intendente militar e Cabaleiro das Ordes Reais e Militares de San Luís e da Lexión de Honor. Este militar participara na campaña de Austerlitz e, en 1809, chamárao o mariscal Soult para que administrase as operacións en Portugal. Viviu en primeira persoa a malograda campaña portuguesa e posterior retirada a Galicia. A edición príncipe data de 1821 e Soult desautorizounas. Daquela, acababa de ser reintegrado polo rei de Francia, Luis XVIII, inimigo xurado de Napoleón Bonaparte, na súa dignidade de mariscal de Francia.”

Jean de Dieu Soult nado en 1769 desenvolveu a súa carreira militar e foi nomeado por Napoleón como Duque de Dalmacia e formaba parte da aristocracia militar napoleónica. Logo da primeira abdicación de Bonaparte Soult manifestouse a favor dos restaurados Borbóns ocupando o cargo de ministro da Guerra. Cando Napoleón retorno nomeouno Tenente Coronel Xeneral do seu exército participando na batalla de Waterloo. Tras o definitivo exilio de Napoleón, Soult foi desterrado de Francia, sendo perdoado ao cabo de catro anos por Luis XVIII. Logo da revolución de 1830 foi de novo ministro da Guerra e por tres veces xefe do goberno, acando en 1847 o titulo de Mariscal Xeral das Campañas e dos Exércitos do Rei, unha distinción recibida ata daquela por so outras tres personas. Tras a instauración da II República manifestou o seu apoio ao novo réximen. Morreu en 1851.

A visión que nos ofrece Soult coincide, en grande medida, cos relatos xa coñecidos e publicados, no seu momento, en Tudensia. Únicamente dúas precisións. Por unha banda, a nosa cidade foi abandonada polos franceses en abril de 1809 pois a sua estadia na nosa cidade foi unha medida coxuntural por parte de Soult, á espera da conquista do Norte de Portugal; lograda ésta retíranse de Tui, por propia iniciativa. Non foi en ningún caso unha derrota francesa ou unha vitoria das tropas españolas.

A capacidade das tropas imperiais fica en maior evidencia cando Soult detalla como previamente á retirada de Tui “volaron las fortificaciones de la frontera portuguesa” deixando máis patente, se cabe, a reducida oposición que os paisanos, as suas milicias, e os escasos militares asentados no Miño poideron ofrecerlle ao exercito napoleónico.

Contrasta este relato con outras narracións, que mesmo se teñen editado moi recentemente, onde se descrebe a retirada de Tui como froito da presión das tropas populares galegas e unha grande victoria das mesmas, cando, por exemplo, vemos que as baixas no lado imperial eran debidas ás infermidades e escasamente aos ataques dos sitiadores.

Velaí unha escolma do abondoso texto que sobre a Guerra da Independencia en Galicia e Norte de Portugal figura nestas memorias:

Recibí en El Ferrol las instrucciones del príncipe de Neuchâtel (...) Había que seguir el camino de Tuy, que era la principal comunicación entre Galicia y Portugal. La caballería ligera fue la encargada de tomar Vigo y, de paso, de apoderarse de Tuy y de reunir todas las embarcaciones que pudieran encontrar. El general Lahoussaye, a su izquierda, tenía la misma orden. La infantería, reunida en Santiago, se puso en marcha, el 9, hacia Tuy. La población mostraba bastante buena disposición en esta parte de Galicia. El marqués de La Romana había desaparecido. La primera resistencia se presentó sólo en la frontera.

En Tuy, el Miño estaba desbordado. Desde el invierno llovía torrencialmente. No había puente. Los portugueses habían hecho pasar a la orilla izquierda todas las embarcaciones de la orilla derecha y se habían puesto en estado de defensa (...)

Hube de modificar mis planes y decidí remontar el curso del Miño para buscar un paso por Chaves (...) La ruta iba a tomar malos caminos, por los que no podía pasar la artillería. Me resigné a llevar conmigo sólo una veintena de piezas ligeras y a dejar al resto, los parques, el hospital y todo aquello que no podía seguir al ejército, en un gran depósito que organicé en Tuy, a las órdenes del general Lamartinière (...).

Hacía un mes que había abandonado el depósito general de Tuy, que era muy débil y carecía de abastecimientos, a sus propios medios. Yo no había recibido la menos noticia suya. Algunas cartas interceptadas me hicieron saber que Tuy estaba cercada por numerosos rebeldes españoles y portugueses. El general Lamartinière, comandante en jefe, hacía frecuentes salidas y la ciudad fronteriza de Valença estaba muy incómoda por las bombas francesas. Llegué a la conclusión de que Lamartinière había conseguido organizar su defensa y procurarse víveres (...).

Después de la toma de Oporto tenía que escoger entre tres opciones: continuar la marcha hacia Lisboa, replegarme hacia España o esperar en Oporto. La primera de ellas era imposible. Primero debía recuperar mi almacén, dejado en Tuy, operación que requería algunos días (...).

Los generales Lorge y Heudelet habían concluido con éxito la expedición del Miño (...). El 9 (de abril) la columna se dirigió hacia Valença y, el 10 al mediodía, se presentó ante esta fortaleza. El silencio que reinaba por las orillas del Miño hizo temer que el almacén general de Tuy hubiera sufrido algún accidente desgraciado. Afortunadamente, la causa de esta tranquilidad estaba a nuestro favor. Los portugueses habían hecho pasar a sus milicianos desde Valença, en la orilla derecha del Miño, y los habían unido a las tropas españolas que asediaban Tuy.

El valiente general Lamartinière, gobernador de Tuy, había localizado dos nuevas baterías enemigas emplazadas sobre una posición muy próxima y peligrosa. Ordenó una salida, se apoderó de las piezas y mató a muchos enemigos Españoles y portugueses no se habían recuperado aún de su sorpresa cuando Lorge y Heudelet se presentaron ante Valença.

Esta plaza portuguesa había sufrido mucho por el bombardeo de Tuy. Se encontraba sin medios de defensa y sin aprovisionamientos. Así pues, su comandante creyó no tener mejor cosa que hacer que capitular. Envió a un oficial ante el general Heidelet para proponerle la entrega de Valença, con artillería y municiones. Ofreció jurar fidelidad, pidiendo a cambio protección para la religión, sus ministros y la población civil y, para sí mismo, permiso para retirarse a su hogar. Las condiciones fueron aceptadas y las tropas imperiales entraron en Valença.

La conquista era preciosa. Nos permitía comunicar con Tuy, rodeada de insurgentes españoles y evacuar a los enfermos y el material de artillería. Los 200 portugueses de la guarnición se pusieron a salvo antes que fuese firmada la capitulación. Todo esto ocurrió tan rápidamente que Tuy no se enteró de la llegada de los nuestros hasta que no vió ondear sobre los muros de Valença la bandera imperial.

Todavía la víspera esta fortaleza había hecho un intenso fuego sobre Tuy. Puede imaginarse con qué alegría fueron acogidos nuestros soldados cuando dieron las primeras novedades. Ninguna carta ni ningún emisario habían podido llegar allí. La situación del almacén era crítica en el momento de ser levantado el asedio. De los 3400 hombres que componían la guarnición apenas quedaban 1500 en servicio. Los hospitales carecían de medicamentos, reinaba la fiebre, que se llevaba todos los días a muchos soldados. No quedaba más vino y se habían comido los dos tercios de los caballos del parque. Los fondos de las cajas reales de Tuy, de cuya disposición yo había autorizado a Larmartinière, también se habían agotado y, así mismo, los que se habían tomado de las cajas de los regimientos. Sin embargo, su previsión había sido tal que, a pesar de no haber ningún medio de subsistencia en los almacenes después de asumir el mando, había conseguido, por compras o salidas, alimentar a sus tropas.

La defensa de Tuy honra en grado sumo al general Lamartinière. Durante cuarenta días hubo de luchar con la mala fe de los habitantes, la miseria, el estado deplorable de las tropas reunidas en Tuy y la falta de provisiones de todo género. Hubo de mantener el fuego de una plaza militar al mismo tiempo que, día y noche, rechazaba los reiterados ataques de los españoles y portugueses que la sitiaban. El coronel Aboville, comandante del parque de artillería, le secundó a la perfección. El celo de este distinguido oficial era infatigable y su capacidad para generar resultados, inagotables (...).

En el propio Tuy los habitantes (...) no sólo habían construido bandas de francotiradores y asesinado a soldados solitarios, sino rehusando los auxilios necesarios a los enfermos. Siguiendo mis ordenes Lamartinière impuso a la ciudad una contribución de 100.000 francos, de la que pudo percibir solo un tercio.

El 13 de abril, tres días después de la liberación, una columna del 6º cuerpo, al mando del general Maucune, llegó a Tuy desde Santiago, hacía donde volvió a la mañana siguiente. Fue el primer contacto, desde mi salida de Santiago, con el mariscal Ney. Desgraciadamente él mismo se encontraba, como yo, desconectado de Francia y de Castilla, desde hacía un mes.

Este contacto con Ney, por muy breve que fuese, permitió hacerle conocer la posición exacta del ejército de Portugal. Como ninguno de los dos podía mantenerse sobre el Miño hice que los generales Heudelet y Lorge limpiaran todo el valle del río, volaron las fortificaciones de la frontera portuguesa y destruyeran todo el material que no pudiésemos reunir en Oporto. Fue en esta ciudad donde concentré, a partir de entonces y en vista de la prevista ofensiva sobre Lisboa, el parque de artillería, el material de ingenieros, los enfermos y los heridos.

Bibliografia:

Soult, Nicolas Jean de Dieu: Memorias (de España y Portugal). Madrid, ediciones Polifemo, 2009.

Nogueira Santiago, Paulo: “As campañas do mariscal Soult en Galiza e Portugal (1809)”. Editorial Toxosoutos, 2008.

Comentarios

  1. Excelente aportación. A percepción que se tiña dos feitos modifícase moitísimo ao complementarse coa visión do outro lado, por certo moi realista. Algúns detalles como o dos francotiradores no interior da cidade fan ver que a situación era complexa e comprender os descubrimentos de corpos franceses nos arredores de Tui.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

O antigo Hospital e Inclusa (actual Edificio "Francisco Sánchez") cumpre hoxe cen anos

Neste ano 2023 a cidade de Tui vive diversos aniversarios de interese, especialmente o referente ao cuarto centenario do falecemento do egrexio médico e filósofo tudense, Francisco Sánchez, sobre o que nos ocuparemos en datas próximas. https://www.facebook.com/fotosantiguastuy/photos Centrará hoxe a nosa atención outra significativa efeméride, o centenario da inauguración do Hospital e Inclusa de Tui celebrado o 1 de maio de 1923, hai hoxe cen anos, que culminaba un longo proceso de construción deste edificio. Na actualidade este antigo hospital é o Edificio “Francisco Sánchez” coñecido popularmente como Área Panorámica de Tui. É pois unha feliz oportunidade para realizar unha aproximación a historia deste edificio emblemático da nosa cidade. Un edificio creado para acoller as instalación do hospital e da casa de expósitos, ou inclusa. A historiografía ten abordado nas últimas décadas aspectos da historia social pouco atendidos tradicionalmente. O tema da marxinación social é un de

Unha nova entelequia: un Camiño Portugués de Nossa Senhora do Norte por Tomiño e Gondomar

Vivimos nun mundo mediático onde cada vez temos acceso a un maior abano de información de todo tipo, o que en principio resulta altamente positivo e enriquecedor pero paralelamente existe o evidente risco de carecer de elementos de discernimento e valorización para recoñecer o rigor e a falsidade, a veracidade e os falseamentos. Ven a conto esta obviedade para abordar unha breve reflexión sobre a noticia que en días pasados publicaron os medios de comunicación con este titular: Tras un año de investigación, la alcaldesa de Tomiño, Sandra González; el presidente de la Cámara Municipal de Vila Nova de Cerveira, Rui Teixeira, junto al alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira, y la concejala de turismo de Redondela, María Castro; y el arquitecto e investigador Antonio Soliño, presentaron el «Camiño da Nosa Señora do Norte a Santiago», una variante del Camino de Santiago que pasa por el territorio que recogen ya los archivos históricos. No texto da noticia se afirma o seguinte: La invest

A fábrica de galletas "La Peninsular"

Temos sinalado neste blog en diversas oportunidades o descoñecemento que posuimos da historia contemporánea de Tui fronte a outros períodos históricos moito mais investigados que a nosa historia mais recente. Aspectos como a vida política tudense na primeira metade do século XX seguen esperando un achegamento como tamén os procesos e dinámicas socias desenvolvidos no noso territorio. Hoxe ofrecemos en Tudensia un post sobre a fábrica de galletas “La Penínsular” que abrangue case medio século da vida económica tudense. Achegamos a información ofrecida polo profesor de historia económica da Universidade de Santiago de Compostela, Angel Ignacio Fernández González, no seu blog “Galicia Agraria” nun documentado post sobre a industria de galletas en Galicia nos principios do século XX. Aportamos a rica e moi completa información que achega profesor Fernández algunha pequena referencia da nosa autoria colocadas como notas. http://galiciaagraria.blogspot.com.es/2012/03/gall